Hoy me encuentro reflexionando sobre un año que ha pasado volando, un año desde la publicación de En el umbral de tu corazón. Esta novela es para mí mucho más que un conjunto de páginas y palabras, ha sido un viaje de emociones, descubrimientos y sobre todo, de crecimiento personal y profesional.
Como autora, siempre he creído en el poder de las historias para reflejar nuestras vidas, nuestras luchas y nuestros sueños. En el umbral de tu corazón nació de esa creencia, de la convicción de que cada corazón guarda historias que merecen ser contadas.
A lo largo de este año, he recibido innumerables mensajes de lectoras que se han visto reflejadas en los personajes, en sus dudas y sus esperanzas. Historias de jóvenes que, al igual que Lola y Leo, buscan su lugar en el mundo, enfrentando los retos de la vida con pasión y una pizca de humor. Historias de primeros amores, de conflictos familiares, de la búsqueda de la identidad propia, tal como mis personajes lo experimentaron.
Cada comentario, cada reseña, cada palabra de apoyo ha sido un regalo inconmensurable. Me ha emocionado saber que mi obra ha tocado tantos corazones, que este libro ha sido un compañero emocionante, una ventana a nuevas perspectivas, e incluso un espejo donde muchas han encontrado reflejadas sus propias experiencias.
En el umbral de tu corazón no es solo una historia de amor juvenil. Es también un relato sobre maduración, sobre aprendizaje, sobre amor propio y sobre lo fácil que es hacer juicios precipitados cuando solo nos quedamos con la parte más superficial de los conflictos. Lola y Leo con sus historias entrelazadas, representan esa lucha interna que todos enfrentamos en algún momento de nuestras vidas, ese esfuerzo por superar los obstáculos y encontrar la luz en medio de la oscuridad.
Este libro también ha sido un viaje personal para mí. A través de sus páginas, he explorado nuevas profundidades en mi escritura, desafiándome a mí misma para entregar una narrativa más rica, más emotiva y más conectada con el alma humana. Y como cada obra que escribo, he dejado un pedazo de mi corazón entre sus líneas.
Quiero agradecer especialmente a mis lectoras, quienes con su apoyo incondicional han hecho posible este maravilloso viaje. Su entusiasmo y amor por la historia de Lola y Leo me ha impulsado a seguir escribiendo, a seguir creando mundos y personajes que espero, continúen resonando en sus corazones.
Al mirar hacia atrás en este año, me siento profundamente agradecida y feliz. Gracias por permitirme compartir mi pasión contigo, por abrir tu corazón a mis palabras y por acompañarme en cada paso de este viaje.
Mientras el sol se pone, marcando el final de un día más, sé que el camino no termina aquí. Hay muchas más historias por contar, muchos más corazones por tocar. Y por ello me siento más inspirada y motivada que nunca para seguir escribiendo, para seguir soñando y para seguir compartiendo la magia de las palabras contigo.
Gracias por un año inolvidable. Gracias por estar en el umbral de mi corazón.
Si lo has leído y aún no me has dejado esas estrellas y palabras que tanta vida me dan o si aún no lo has leído y tienes ganas de hacerlo, puedes encontrarlo aquí <3