Las verdades No tan glamurosas de ser escritora autopublicada.

Cuando la gente imagina la vida de una escritora autopublicada de romance new adult, a menudo visualizan la imagen de una dama en un estudio iluminado por la suave luz del atardecer, tecleando en una máquina de escribir vintage, mientras una brisa inspiradora ondea las cortinas y remueve suavemente su flequillo. La verdad no es tan glamurosa.

La realidad sin embargo, es que estoy aquí, a la luz de la pantalla de mi portátil lleno de pegatinas, con una taza de té matcha frío (porque seamos honestas, soy tan adicta al matcha como mis personajes al drama) y ataviada cómodamente con mi pijama de Harry Potter y unas pantuflas de pezuñas de gatito, el cabello coronado por una pinza que sujeta mi despeinado moño nocturno.

Esta es la realidad aunque no sea la que esperabas.

Y es que la vida de una autora autopublicada es una lucha constante. La lucha comienza cada día con el autocorrector, ese astuto saboteador de palabras que parece tener una vendetta personal contra mí. Cada vez que escribo beso robado, insiste en poner beso robot. Y no, no estoy escribiendo una historia de amor cibernético… todavía. Pero gracias a él, he considerado expandir mi género. ¿Romance new adult con androides? Podría ser un éxito… o mi mayor fracaso.

Luego está el épico viaje de crear la portada perfecta con las horas de Canva que ello conlleva. En el mundo de la autopublicación, la portada no solo debe ser atractiva; debe gritar ¡Léeme! en un mar de miles de libros que intentan gritar lo mismo. Así que me encuentro en una odisea nocturna, navegando por el mar de las fuentes tipográficas y los mares tormentosos de las paletas de colores, buscando el Santo Grial de las portadas.

¿Quién necesita dormir cuando puedes pasar horas ajustando la opacidad de una imagen que al final, decidirás no usar? Aunque amo Canva a estas horas todo me supera.

Hablemos ahora de mi adicción al té matcha. Algunos escritores tienen su vino, otros su café, pero para mí, es el matcha el que alimenta mis maratones de escritura. Es mi compañero de confianza, el que está conmigo en cada giro de la trama, en cada apasionada confesión amorosa. Y aunque a veces se enfría mientras estoy perdida en un mundo de romances juveniles y dilemas emocionales, su verde brillante es un recordatorio constante de que, al igual que mis personajes, debo seguir adelante sin importar los obstáculos que el mundo editorial me depare.

En el momento en el que me adentro en la trama, no puedo evitar pensar en la vida social de la escritora autopublicada y es que es un cuento de dos realidades.

En mis novelas, los personajes asisten a fiestas extravagantes y tienen encuentros casuales que marcan sus vidas y hacen latir su corazón. En mi vida real, la interacción más significativa que tengo es con mi perro, quien estoy segura, está empezando a preocuparse por el sedentarismo extremo y la salud pésica de mis articulaciones tras uno de mis acostumbrados maratones de escritura. Y aunque mis personajes pueden tener citas apasionadas bajo la lluvia, la única lluvia en mi vida es la que escucho a través de la APP de sonidos ambientales que utilizo a veces para inspirarme.

Y así, mientras la ciudad duerme, la escritora de romance new adult sigue despierta, creando mundos de amor, desamor y todo lo que hay en medio, sumando al estado deplorable de su vida social y sedentarismo, la falta de sueño constante.

La medianoche es mi dominio, donde la magia de la narrativa se encuentra con la realidad de la autopublicación; con escribir no es suficiente y hay que tener otro trabajo, es entonces cuando me bajo de la bici y me lanzo sobre la cama con el calor de mi portátil sobre las piernas. Y aunque desearía un poco más de glamour (y tal vez un poco más de tiempo para dormir), hay una belleza en este caos, y en estas confesiones de medianoche que nos une a todas las que elegimos este camino.

Porque al final, más allá de las luchas y las victorias, lo que realmente importa son las historias que contamos y las personas que las leen. Y mientras haya una sola persona esperando el próximo libro, la próxima confesión de medianoche, seguiré aquí, con mi té matcha y mi corazón latiendo en la punta de los dedos, escribiendo las palabras que espero toquen otra alma en la vastedad de este universo literario.

Si como yo, estás en esta lucha constante que es la autopublicación, no dudes en dejarme un comentario explicando tu experiencia.

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